Hola a todos!!
Estos días de semana santa, incienso y lluvia me han inspirado un jabón muy especial y sencillo hecho exclusivamente con aceite de oliva; el Jabón de Sándalo.
El Sándalo es un pequeño árbol de hoja perenne originario de la India y otras partes de Asia. El incienso de sándalo protege y depura las vías respiratorias, regula el ritmo cardíaco y es un apreciado antidepresivo. Su aceite esencial, de aroma dulce, sensual, floral, exótico, fragante y a la vez muy delicado, se obtiene de la destilación de la madera seca y contiene altas cantidades de alfa y beta-santalol, pequeñas moléculas que poseen características antibacterianas y sedantes. En la India, donde crecen los mejores ejemplares, se considera un árbol sagrado y sólo se permite su tala cuando tiene más de 30 años de vida, pues es una especie de crecimiento lento.
Propiedades:
- El sándalo es excepcional para la piel gracias a sus propiedades reparadoras y antiarrugas. Muy adecuado para pieles deshidratadas y estropeadas.
- Además combate el acné o grasa excesiva en la piel.
- Da muy buenos resultados en la piel de los hombres después del afeitado, ya que es desinfectante y combate los problemas que provoca el día a día del afeitado, como las infecciones causadas por los pelos rebeldes que crecen hacia el interior.
Como algún seguidor me pidió que colgara alguna receta y lo prometido es deuda, aquí os la dejo por si alguien se anima. Espero que lo disfrutéis!!
Ingredientes:
- 213 g de agua destilada
- 1 cucharada de virutas de mádera de sándalo
- Sosa
- 682 g de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de aceite de almendras dulces
- 1 cucharada de colorante rojo (de uso alimentario)
- 10 g de aceite esencial de sándalo
Elaboración paso a paso:
En primer lugar se hierven unos 250 g de agua destilada, se retira del fuego y se añaden las virutas de sándalo. La infusión resultante se deja enfriar tapada. A continuación se cuela sobre un recipiente y se pesan exactamente 213 g de infusión. (El recipiente debe ser resistente a la acción de la sosa, por ejemplo de acero inoxidable. También será necesaria una cuchara del mismo material.)
El recipiente que contiene la infusión se sumerge en un baño de agua-hielo y se añade poco a poco la sosa agitando la mezcla lentamente hasta que toda la sosa se haya disuelto y se obtenga una disolución de color rojo transparente. Otra opción es usar la infusión congelada previamente en forma de cubitos de hielo. En cualquier caso es importante controlar un poco la temperatura puesto que la reacción es muy exotérmica, así evitaremos posibles salpicaduras e incluso que la infusión se degrade. Cualquiera que vaya a aventurarse a hacer jabón debe ser consciente de los riesgos del proceso y de las precauciones que debe tomar. Como medidas de prevención debemos usar en todo momento guantes de látex, gafas de seguridad y ropa con mangas largas que protejan nuestro cuerpo. También se liberaran durante este proceso vapores tóxicos, por lo que hay que trabajar en un lugar bien ventilado (preferiblemente al aire libre) o usando una campana extractora. Por todo ello evitaremos que en la misma habitación haya niños o animales domésticos.
La disolución resultante se deja enfriar hasta una temperatura de entre 40-50ºC. En otro recipiente de acero se calienta el aceite de oliva a la misma temperatura. A continuación se retira del fuego y se le añade poco a poco la disolución de sosa a la vez que removemos lentamente con una batidora siempre en el mismo sentido hasta obtener una textura más espesa parecida a la de una mayonesa ligera. Este es el momento de añadir el aceite esencial de sándalo, el aceite de almendras y el colorante. Si no encontráis colorante alimentario (usado para repostería) podéis probar a añadirle arcilla roja o alguna especie como pimentón dulce o cúrcuma. Esta mezcla se vierte en el molde deseado y se deja tapado con una toalla durante 48 horas. Si es una pieza muy grande, lo dejas un día más destapado antes de desmoldar. Lo más cómodo y fácil es usar moldes de silicona. Finalmente se corta el jabón en trozos y se deja secar durante un mes, dándole la vuelta cada cierto tiempo para que se seque uniformemente.
Una vez terminado el tiempo de secado, es aconsejable conservar el jabón dentro de una caja de madera o cartón. Así conservado el jabón se conservará durante años y mejorará con el tiempo, como el buen vino.